martes, 17 de marzo de 2009

Ayer le vi...

Ayer le vi, iba paseando por el otro lado de la calle. Inmerso en sus pensamientos, seguramente escuchando música. Sus ojos no mostraban tristeza ni alegría, más bien parecía melancólico, en otra realidad. Cabizbajo y con la mirada perdida. Pero ya no era por mi.

Volvieron a mi mente miles de recuerdos de otro tiempo, de otra vida. Me volví a ver reflejada en esos ojos grises, volví a sentir el roce de sus labios que ya no sabían a nada. Recordé los gritos, las caricias, los sin sentidos, hacernos el amor, el odio, las risas, las lágrimas, correr de un lado a otro, el no saber qué hacer, la desesperación, el caos, la locura, el olvido.

Me escondí tras una ventana queriendo y sin querer que mirase hacia donde esperaba paciente que desapareciera. Parecía tan distante...metido en su mundo, sin que ya fuese el mío...

Poco a poco fue perdiendose entre la multitud de aquella calle madrileña. Tan lejos, tan cerca...
Aliviada cogí mi mochila y volví a salir a la calle. Tranquila, habiendo descubierto una realidad que nunca antes quise ver. Tenía razón, lo nuestro nunca tuvo sentido. Nunca existió.


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