Sin duda hoy te fijaste en mi. Un día de los menos propicio, iba con la primera camiseta y pantalón que encontré por casa, con una cola de caballo y eso sí una amplia sonrisa, acababa de recibir una buena noticia.
Para celebrar mi buena noticia había decidido llevarme a tomar una cervecita para celebrarlo, inmersa en mis pensamientos y en mi nueva lectura, me estaba sabiendo especialmente bien esos instantes. Éso es disfrutar...
Te sentaste justo en la mesa de al lado y decidiste acompañarme con otra cerveza, tardes veraniegas en Madrid...
El tiempo fue pasando y tan solo te acercaste a pedirme un cigarrillo, sin atreverte a decirme con palabras lo que decía tu mirada. Pediste la cuenta pero no te levantaste, esperaste paciente a que yo me terminase la mía, sin hablar, solo clavando tu mirada cuando creías que no miraba.
Mi tiempo allí llegó a su fin y me levanté a pagar, te miré pensando que sería la última vez que nuestras miradas se comiesen a besos. Seguí mi camino.
Según daba un paso detrás del otro pensaba si seguirías mirando la estela que dejaba tras mis pasos y justo al doblar la esquina miré por el rabillo del ojo si seguías allí sentado en la terraza y casi se me corta la respiración cuando sentí tu olor. Giré la cabeza y ahí estabas justo detrás de mi, siguiéndome, sin dejarme ir. Caminamos juntos, como si nos conociésemos durante, quizá, un minuto, eterno y maravilloso minuto.
Pero como siempre ocurre en cualquier historia de amor, se acaba. Yo seguí mi camino y a ti te pareció muy lejos y en dirección opuesta al tuyo, así que dejaste de estar a mi lado.
Adiós amor, si tiene que ser nos volveremos a encontrar, si no.....
Increíble recuerdo, siempre me acordaré de ti. Gracias por hacerme sonreír.
Clickclickclick
Hace 1 semana