viernes, 29 de mayo de 2009

No te detengas

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco,
sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte,
que es casi un deber.
No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario.
No dejes de creer que las palabras y las poesías
sí pueden cambiar el mundo.
Pase lo que pase nuestra esencia está intacta.
Somos seres llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima,
nos enseña,
nos convierte en protagonistas
de nuestra propia historia.
Aunque el viento sople en contra,
la poderosa obra continúa:
Tu puedes aportar una estrofa.
No dejes nunca de soñar,
porque en sueños es libre el hombre.
No caigas en el peor de los errores:
el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes.
Huye.
"Emito mis alaridos por los techos de este mundo",
dice el poeta.
Valora la belleza de las cosas simples.
Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas,
pero no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta del pánico que te provoca
tener la vida por delante.
Vívela intensamente,
sin mediocridad.
Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros "poetas muertos",
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los "poetas vivos".
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...
Walt Whitman

viernes, 22 de mayo de 2009

Hablando del silencio...

"La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio".

Friedrich Nietzsche.


Encontré esta frase de casualidad y, la verdad, según la leí me acordé de ti. Decidí hacerla partícipe de mi blog porque creo en ella fielmente. Porque sigo extrañándome y sorprendiéndome cada vez que recibo como contestación a un mensaje, a una carta o a un mail, nada. No aprendo, no me puedo creer que las personas que no te imaginas y que, quizá en algún momento de su vida te hayan querido sean capaces de hacer que sus ultimas palabras sean NADA. Simplemente no contestan, te ignoran, como si quisieran demostrar algo con su indiferencia. Pues a esas personas: ¡lo mínimo es la educación, aunque solo sea por respeto!

A ti que tanto te gusta este filósofo y tanto me has hablado de él. Si por casualidad sigues viniendo a verme. Si en este post te has dado por aludido, has acertado, este sí va contigo.

El Silencio

Unas veces tan hermoso, otras desconcertante y el resto muy doloroso.

Cuando llego a casa después de un duro día de trabajo, tráfico, llamadas telefónicas, problemas propios y de los que te rodean. Abro la puerta de casa, abro la ventana para que la brisa roce mi cara y respiro. Entonces, amo el silencio. Me relaja, me seduce, me enamora. Es en ese momento cuando pienso que pocos sonidos podrías ser tan hermosos como para que mereciese la pena que rompiesen ese mágico silencio.

Cuando me miras, callado, sin entender qué es lo que dicen tus ojos. Cuando ese silencio me envuelve quiero huir de allí. Mis manos tiemblan y tan solo puedo dibujar una sonrisa incómoda, inquieta, nerviosa.

Ahora que te has callado, que el susurro de tu voz ya no volverá a penetrar en mis oídos, lloro. Este silencio que has provocado rompe en mil pedazos mi ser, duele. Ahora que de repente me has olvidado, que olvidaste que tal vez merecía un adiós y no tu silencio. Ahora, este silencio me enfada, me hiere, me provoca odiarte y, sin poder evitarlo, seguir amándote.

Ayer cuando una lágrima recorría tu rosada mejilla yo me callaba. Recurrí al silencio al no tener nada que decir, al no saber las palabras mágicas que cesaran tu llanto. El silencio invadió la habitación pero sabes que yo estaba contigo.

Cuando te escuchaba inmersa en tus palabras, en tus gestos y me mantenía callada. El eco de mi silencio desperdiciaba admiración, amor.

Cuando te pregunté y tu callaste, con tu propio silencio hablaste. No hay nada tan explícito como el silencio.

El silencio...travieso silencio.

martes, 19 de mayo de 2009

Rayadita de la guardia nº 1

La vida, ese devenir absurdo, sin sentido. Situaciones que se suceden, una inmediatamente detrás de la otra, al unísono, no sales de una y ya te has metido en otra. Gritos, un sonido ensordecedor, una metralleta.

No para, hagas lo que hagas una y otra vez, una y otra vez no te deja respirar, no puedes pensar ni un segundo sabiendo que el no tomar una decisión ya es una decisión en sí misma. Corro, pero no consigo huir de ella, me paro pero no deja de azotarme como un huracán. ¡Necesito descansar! Déjame.

Deja que por un momento no tenga que reaccionar, deja que por un momento olvide, deja que me suba a una banqueta para verlo desde fuera, desde otra perspectiva, déjame que decida habiendo pensado bien, sin que me salpiquen las prisas.

Necesito quedarme en un lugar estático y ver externo el movimiento. Aquí me mareo.
Las vida me persigue, me ha dado un impulso que me obliga a correr. Corro, pero no consigo llegar a una meta para poder recuperar fuerzas. Déjame tomar aliento para, mañana, poder seguir corriendo.


viernes, 15 de mayo de 2009

Gracias por tus melódicas poesías

Descubrí a Antonio Vega hace muy poco tiempo gracias a una persona muy importante en mi vida. Él le ha seguido a casi todos sus conciertos e inevitablemente al último. Desde que le conocí no he dejado de escuchar el disco que me regalaron "El sitio de mi recreo", nunca me canso de ponerlo, una y otra vez, especialmente la canción número tres "una décima de segundo".
Cómo son las cosas, estuve hablando de este cantautor apenas unas horas antes de que nos dijese adiós incluso me invitaron a su próximo concierto, sin saber que nunca ocurriría. Cuando me llamaron al día siguiente para darme la noticia, sentí: demasiado tarde le he conocido y muy pronto se va.
Aquí os dejo esta canción, mi preferida (de momento), regalo para los oídos y para el corazón.
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