martes, 7 de julio de 2009

El amanecer

Siempre imaginé que el mejor amanecer que podría ver nunca sería el típico con el que siempre soñamos: la playa, el sonido de las olas, un brazo sobre tus hombros, apoyándote en un torso fuerte y el sol apareciendo tras el infinito mar.

Con los años y más específicamente este último año me he dado cuenta que hay un amanecer mucho más bonito.

Cada tres semanas voy a trabajar por la noche, tras esas largas noches invadidas por una lucha incesante contra un sueño embriagador con la única droga permitida como arma: el café. Embriagada de insomnio y completa soledad. Esos minutos en los que tras haber hecho ya todo el trabajo, espero ansiosa que se despierte el mundo y mi lugar de trabajo vuelva a la vida. Es en ese momento cuando salgo a la terraza, enciendo un cigarrillo satisfecha del trabajo de hoy y observo cómo tímido el sol va apareciendo, muy lentamente, no se oye un ruido, a mi lado descansa la soledad, cierro los ojos y respiro serenidad, ya está próximo el día y con él la hora de volver a casa. Sin duda, ese es el mejor amanecer de mi vida.




1 comentario:

  1. Todo amanecer es bello, es un cuadro expresionista que nos regala la naturaleza a diario.
    Un Saludo.

    ResponderEliminar