domingo, 24 de enero de 2010

Rayadita de la guardia

A punto de subir al tren, bajo una lluvia infernal, de esas que cala hasta el corazón, se ha quedado inmóvil. Aún se pregunta porqué han podido cancelar el viaje, de forma tan repentina, pero es cierto, está diluviando. Ignorando el peso de la lluvia se sienta, como si tuviese intención de esperar que se pusiese en marcha su ansiado tren. Pasan lentamente los minutos y vuelve a pensar: quizá en media hora pueda coger mi tren...pero no... el tren desaparece en el horizonte, sin pasajeros, y con él se va su esperanza. Ya no sabe que camino ha de tomar, le sorprendió esta lluvia, sin poder remediarlo.

Cuando es consciente de que está empapado, sin poder casi moverse por el peso de sus tejanos, da media vuelta olvidando sus maletas, sus ilusiones puestas, su esperanza, su infinito...

Perdido, como si ya no tuviese destino y porvenir, se arrastra hasta un pequeño café. Con la cabeza baja descubre una pequeña mesita en un solitario rincón. Según camina hacia el final del local, va dejando su rastro a cada paso, está empapado y no deja de gotear. Se sienta, casi sin fuerza, ya ni siquiera siente el temblor que se ha propagado por todo su cuerpo. Se le ha apagado la luz, su vida ahora carece de sentido.

Las horas pasan ahí sentado, sin saber que hacer, se encuentra perdido, sus pupilas se han quedado clavadas en el horizonte. De repente aparece en su cabeza una melodía, al principio suena muy suave, incluso tímida. Y poco a poco va sonando más claramente. Suena una y otra vez...un rayo de sol, oh,oh, oh... y recuerda...una sonrisa inmotivada, irónica, aparece en sus labios - Dónde estará mi sol...-

jueves, 24 de diciembre de 2009

Navidad

Éstas fechas en las que te rodea la nieve, los mensajes de paz y felicidad, los ojos sorprendidos de los niños junto a una boca enorme abierta debida a las luces y colores, el olor a castañas asadas en el centro de Madrid, ese frío helador que te obliga a pasear con gorro, guates y bufanda. Son estos días en los que si tienes a quien abrazar, a quien dar la mano o con quien admirar como niños las luces y colores que envuelven la ciudad, tienes que considerarte una de las personas más afortunadas.


Aun así, son estas fechas las que siempre han hecho retumbar en mi cabeza inconsciente esa frase: la soledad es estar rodeado de gente y pensar solo en quien te falta. Nunca he sido consciente muy bien porqué.


Qué complicados somos los humanos, lo ambivalentes que pueden ser los sentimientos, lo mentirosos que podemos llegar a ser en determinadas circunstancias por no dañar a quien nos rodea.


Cómo es posible estar brindando en fin de año y darte la vuelta para recoger una lágrima que furtiva ha salido a correr por tu mejilla, cómo es posible que en tu rostro se dibuje una sonrisa y tu corazón no cese de llorar. Cómo es posible estar en medio de la calle, rodeado de gente, oír las risas, petardos, carcajadas, carreras, bromas, besos...y no parar de enjugar tu llanto. Como es posible que me acuerde de ti a todas horas, tú que no estás, tú que hace tanto tiempo que te fuiste y sin embargo olvide a toda esta gente que no para de llamar mi atención para recordarme que están a mi lado.


Qué difícil es disfrutar de días como éstos en los que aún no me he perdonado por olvidar tu voz o el sonido de una carcajada tuya, por no tener tan presente tu aroma o el tacto de una caricia, por sentir como un sueño tu abrazo o tu cálido despertar. Pasan los años y siempre, en estas fechas desaparezco, me meto en mi madriguera y cubro hasta mi cabeza con una manta, me hago un ovillo de lana e intento volver a recordarte, a olerte, oirte, sentirte, tocarte...


Y hoy odio al mundo por estar vacío y es hoy cuando odio seguir.

martes, 1 de diciembre de 2009

Rayadita de la guardia nº4 Ya no más!

Siempre hay que elegir, tu vida siempre toma caminos diferentes según lo que en ese momento sientas. Unas veces requiere pensarlo mucho y otras tan solo te quema por dentro y provoca en ti un impulso y simplemente tomas la decisión, no necesitas pensar, lo sabes. Otras, sin en cambio (y sin duda, las más tristes) te dejas llevar por la corriente, dejando que la vida siga su curso pero sin mover ningún hilo.

La vida es un devenir en el que van apareciendo y desapareciendo cosas y personas, algunas solo se quedan en el recuerdo pasando a ser un mero capítulo en tu camino y otras te dan la mano y te acompañan hasta el final.

Decidí volverme loca, así, tal vez, pueda olvidarme del mundo sin remordimiento, sin sentimiento de culpabilidad. Ya no sé si dar las gracias o culpar de mi permanencia en la cordura a esas personas que siempre están. SIEMPRE. Aún resuenan en mi cabeza las palabras de mi padre: "...porque hija, la familia siempre es lo primero, lo que nunca te fallará, lo que permanecerá..." y yo asentía pensando la familia sí, pero ésta...no estaba nada convencida.

Por mucho que confíe en las personas que están a mi alrededor, por mucho que las ame, por mucho que me entregue a ellas y sienta que ellas se entreguen a mi, llegará un momento en el cual las dudas me invadirán. Cuando llegue ese momento sé en quién podré confiar. Lo demuestran cada día, un día como hoy que ya desconfías del mundo, de todos los que te rodean, incluso de tus almas gemelas y del ladrón de tu corazón y sin embargo...es un miembro de la familia quien te arropa con una manta de amor y compresión y sientes que estarás bien, vuelves a confiar.


Hoy he recurrido a ese regalo que me hiciste, solo lo escuché una vez, lo necesitaba. Las piernas me empezaban a flaquear, ya no podía más. Ya no puedo más. Estoy a punto de caer, necesito una mano amiga en la que sostenerme, que no permita que me estrelle. Ya no existen héroes, ya no hay lealtad, ya no hay amor, ya no hay ninguna razón.


Solo quería volverme a sentir única, grande, imprescindible, esa princesa de cuento de hadas por la que luchar contra dragones y malvadas brujas. Quería saber que soy la protagonista, la maja desnuda y la vestida(¿por qué no?), quien te deja sin respiración a cada beso. Solo necesitaba saber que pase lo que pase siempre compensa mientras sea conmigo.

Siempre dije que en este tema no me conformo, lo quiero TODO.


Tan solo quería algo así...

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Hay algo que da espendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina.

Gilbert Keith Chesterton

sábado, 21 de noviembre de 2009

Una sonrisa

Maravilloso día que aun estando nublado veo el sol, que me ciega, me envuelve, recorre todo mi cuerpo, desde los dedos de los pies hasta las puntas de mis cabellos.

Hoy el cielo parecía azul, hoy sonreía a la niebla y parece que se desvanecía. Hoy la calle vestía colores primaverales, alegres, que cubrían los tristes grises del otoño.

Hoy me levanté ciega y sin embargo podía verte, te sentía. Hoy supe que si te viese te reconocería, sabría que te he encontrado.

Hoy escuché el dulce canto de un ruiseñor y oí a las chicharras sonar. Hoy las flores desprendían una fragancia inimaginable, un aroma embriagador.

Hoy fui a trabajar y no conseguí separarme de ti, estabas en mi. Te dibujaba en mis cuadernos y en cada letra te divisaba.

Hoy no dejé de sonreir.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Domingo

Con los ojos húmedos por el cansancio, las bolsas bajo ellos cada vez asoman un poco más en mi faz. Ya no puedo más, necesito dormir aunque no consigo cerrar los ojos y volar lejos, a otro mundo, soñar...

No consigo concentrarme, empiezo a tener pérdidas de memoria, la vista se me nubla. Estoy pero no, me siento en otra realidad. Esta mañana te levantaste a mi lado pero ya no estabas aquí, tus ojos me lo contaron. Quizá, ya lo sabía aunque no quise verlo, o simplemente quise olvidarlo pero hoy soy consciente de la situación. Ya nosotros no somos tu y yo. No es que te hayas ido, es que nunca llegaste a estar aquí, a mi lado. Todavía no tienes hecha la maleta, te quedan cosas por aprender, por guardar, por saber de ti. Yo seguiré aquí, donde siempre, donde me conociste, donde por primera vez nos herimos tan solo con una mirada.

Tal vez, algún día termines de meter todas tus vivencias en la maleta y puedas recorrer el camino que te lleve a mi lado. Y entonces, al despertar me reflejaré en tus pupilas y empezaré a sentirte de nuevo tras tu largo y duro viaje.

martes, 10 de noviembre de 2009

Rayadita de la guardia nº 3

Y aquí me encuentro, a estas horas donde el mundo que me rodea se evapora, cuando lo único que existe es este silencio ensordecedor que me provoca una loca cordura . Repleta de sentimientos sin sentido, contradictorios, inesperados, que aclaran las ideas y a la vez provocan una nube en la azotea.

No sabes cuánto te eché de menos y cuánto pude echarte de más. Tu nombre retumba en mis oídos, un zumbido del cual no me puedo desprender, siempre la misma melodía acompaña mis días... taninoní, taninoninoninoninoninoní... oigo violines, tu corazón.

En una ocasión leí que podría ser que corazón fuese tan solo un aumentativo de la palabra coraza...¿y si tiene razón?

Aún recuerdo cómo sonaba, ahí metidito en tu pecho, el primer día que se rozaron nuestro labios. Hacía tanto ruido como el que hace una gran ciudad a las seis de la tarde, repleta de gente, de coches, de vida...

Y aparece lo que me temía...

Anda por aquí merodeando el terror, el miedo, la desconfianza, las murallas, armaduras, la desprotección, las inseguridades, el dolor, el sentir que te haces pequeñito, la valentía, el latir de un corazón.

No sé si te quiero o no te quiero, yo solo sé que al mirarte, al acordarme de ti, una sonrisa se dibuja en mi cara, se ilumina mi vida, se llena de color, sin sentido me sale reír. Guarda bien este secreto: me han dicho que éso es ser feliz.